1.-Evita que el cliente se siente a tu lado y te diga que hacer mientras trabaja.
Generalmente cuando pasa esto terminamos haciendo exactamente lo que el cliente quiere, terminamos usando un color, una tipografía o una foto que no favorece al diseño. Recuerda que el diseñador eres tú y no has pasado varios años quemándote las pestañas en frente de una computadora como para que una persona que carece de conocimiento de diseño se siente a tu lado y te diga lo que debes hacer ¿Entonces para que te contrató? Disculpen si sueno pesado pero los clientes no tienen ningún conocimiento sobre tipografía o “psicología y percepción del color” y utilizan elementos del diseño solamente por gustos personales.
2.- Que el cliente te diga proporciones verbalmente.
Mide como… 3×5 o es 5×7… NO! Es 7 x 11. Así como las “cajitas de cereal”.
No hay mucho que decir en este punto, simplemente consigan las medidas reales y se evitarán muchísimos problemas.
3.- Que el cliente te sugiera colores que NO EXISTEN.
Me pasó muchísimas veces. “Rojo guindoso” “Azul chiclomino” “verde aguacate”. Combinaciones que no existen o que solamente son un “cliché” Si bien hay colores que si tienen un nombre muy cómico como los que usa BOB ROSS… “blanco titanio” “verde vejiga” o “amarillo canarias” recordemos que BOB era un pintor profesional y no se estaba inventando los nombres. Lo mejor que puedes hacer es tener una paleta de colores para que el cliente decida exactamente el tono que desea y no andar adivinando combinaciones raras.
4.-Que el cliente te pida diseños “para ayer”
Popular y “folklórico” término que no sé de donde rayos lo sacaron, pero si eres diseñador o arquitecto sabrás a que me refiero. Para el cliente TODO URGE y no se tocará el corazón para pedirte su diseño en “tiempo record”. Créeme cuando te digo que lo único que ocasionará esto es estresarte, Yo ya no atiendo este tipo de “Bomberazos” pues solamente me presionaban y salía todo mal. Ahora si alguien me dice “Lo necesito para ayer” le contesto “Me lo hubieras mandado antes de anteayer” o también puedes ir en busca del DELOREAN al estilo de “Marty Mc Fly” para viajar en el tiempo y conseguir terminar el diseño… tú decides.
5.-Que el cliente te diga “escribe el texto por mí”
Un proyecto que se termina bien y a tiempo siempre es producto de la interacción sana entre cliente-diseñador. Es por eso que muchos proyectos quedan estancados o no se terminarán nunca porque no hubo comunicación entre ambas partes. Así que no permitas que el cliente te deje todo a ti, él debe asumir su rol en el juego y proporcionarte todo el material o el contenido necesario como: textos, fotos, videos, logos, etc. Si haces todo el trabajo tú corres el riesgo de que a tu cliente no le guste o no sea lo que esperaba. Por más buen diseñador que seas y tengas mucha experiencia recuerda que cada cabeza es un mundo y hay que reconocer que los clientes a veces tienen un gusto para llorar. Esto es como un juego de voleibol, cuando el cliente te aviente la pelota tú de inmediato regresala de nuevo y así hasta que se termine el proyecto.
6.-Que el cliente te pague por partes o cuando se le dé la gana.
Te comento que los clientes me tardaban mucho en pagar, algunos se fueron y ni siquiera liquidaron.Como emprendedor te enfrentarás al problema de los “pagos atrasados”. Es algo inevitable. Es parte del trabajo y hay que aceptar este tipo de cosas.El verdadero problema es que estos “eventos desafortunados” provocan que muchos freelance o emprendedores renuncien a su sueño. Pero por experiencia propia te aconsejo que no es hora de abandonar, es hora de buscar alternativas. Te invito a que sigas leyendo sobre este interesante tema en el siguiente artículo: – ¿Que hacer cuando los clientes tardan en pagar?
7.-No trabajes con intermediarios o “terceros”
Suele pasar que nuestros propios colegas, amigos o gente conocida nos consiga un proyecto convirtiéndolos a ellos en intermediarios o “terceros”. En esto no hay nada de malo, El problema está cuando se toman se toma la libertad de formar parte del proyecto y auto nombrarse director del mismo solamente porque Él te consiguió el trabajo. Esto se convierte en un dolor de cabeza.